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MAGBA

El pasado 10 de marzo realizamos una visita al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, MACBA, en la que pudimos conocer de primera mano el trabajo de un animador cultural en museos de gran dimensión y estructura organizativa compleja.

Llegamos al MACBA a primera hora de la mañana y, según lo previsto, nos recibe una persona del equipo de educadores que será la conductora de nuestra visita. Este equipo está compuesto por 7 personas (5 de mañana y 2 de tarde) es el encargado de los grupos de visitas guiadas y actividades que se realizan en el museo.

 

Nuestra anfitriona, Cloe, es además “colaboradora docente” del museo, esto es, realizadora de tareas educativas fuera del centro como por ejemplo actividades de formación a profesores de secundaria y bachillerato en los centros de enseñanza.

 

Nuestra visita se organiza en dos partes, la primera a modo de sesión formativa en un aula, y la segunda de experimentación directa en contacto con la obra.

 

En la primera parte de la visita, Cloe nos introduce el tema de los museos de arte contemporáneo explicando que en ellos es de capital importancia no sólo la obra, sino también el discurso y la formación que se extrae de ello, ejemplificando esto a través de diversas obras de arte que constituyen herramientas para la “educación en expresión de emociones”, desde la efímera espiral de sal de Robert Smithson, hasta los tres bolígrafos de Ignasi Alballí que más tarde veremos en directo.

 

Por ello, a su entender, hay muchos ámbitos en los que un animador sociocultural tiene cabida en un museo como el MACBA, desde el archivo hasta la comunicación, y pasando obviamente también por la realización de actividades.

 

A continuación, un exhaustivo repaso a los diferentes recursos que ofrece el MACBA, comenzando por la propia web que es en sí misma un contenedor de recursos y que será utilizada como soporte visual durante toda esta parte de nuestra visita, y mostrándonos a continuación multitud de ejemplos de programas y proyectos pedagógicos del museo: las visitas performativas, el programa “hemisferi dret”, las lecturas, y otras herramientas para el análisis menos usuales como son  “video MACBA”  o “la ciutat del fotògrafs”.

 

Respecto al enfoque social de esta entidad, se insiste en lo participativo, en que el público supere el vértigo que inicialmente produce acercarse al arte contemporáneo, y también en que nadie se quede sin la oportunidad de poder disfrutarlo: hablamos de “MACBA es viu”, con actividades familiares durante el fin de semana, y del programa “Apropa la cultura”, con visitas especialmente pensadas para personas invidentes o sordas y en las que un intérprete acompaña en todo momento al educador con el grupo.

Retomando la idea del animador en el museo, nuestra anfitriona explica que evidentemente se usarán diferentes lenguajes según el público al que dirigirse pero con igual contenido de fondo al final. Insiste en que siempre, no sólo para el arte contemporáneo, necesitamos un relato. Y también una actitud desprovista de prejuicios.

 

Cloe nos explica que según el tipo de público también es importante la gestión del tiempo y cantidad de información a procesar. En este sentido alude al público infantil, indicando que en las visitas para niños no es aconsejable explorar más de 6 obras ni extender la duración más de 45 minutos.

A la hora de diseñar los programas educativos también es importante pensar en el espacio en que se mostrará la obra. Hay obras que pueden estar pensadas incluso para ser expuestas en la calle o para las que cabe un discurso expositivo u otro dependiendo del conjunto en que se expongan. Esto implica que los programadores de actividades han de estar en la medida de lo posible siempre en contacto con los comisarios de exposiciones, pues ellos son los que elaboran el proyecto expositivo y por lo tanto los encargados de elaborar ese discurso que se pretende. Si este discurso está bien engranado con la actividad de experimentación de la obra, es cuando podemos hablar de una obra realmente “colectiva” en el sentido de la participación del público en ella.

 

El artista no está solo al cumplir el acto de crear, pues el espectador establece el contacto de la obra con el mundo exterior, descifrando e interpretando sus cualidades profundas, agregando de este modo su propia contribución al proceso creativo.

 

Marcel Duchamp, El proceso creativo, 1957

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Y con esta cita de Duchamp cerramos la sesión en el aula y comenzamos nuestra visita a salas.

 

***

 

Tras dejar los bolsos y abrigos en el saco de grupo, comenzamos con una pequeña explicación del espacio expositivo, exposiciones temporales en planta baja y primera, exposiciones de la colección permanente en plantas primera y segunda, y diferentes ejemplos de amplificación de información que podemos usar, como audio guías puntuales en alguna obra, la tableta que llevan consigo todos los educadores o las “maletas” que veremos más adelante.

 

Nos trasladamos a la primera planta y comenzamos con una obra de Tàpies que nos situará entre dentro y fuera del museo (en el patio y en la terraza), en el tiempo de la guerra en Bosnia, y en la intencionada utilización de los materiales y las formas que hace el artista.

 

A continuación regresamos al interior del edificio y ya en sala vamos pasando por diferentes obras de la colección permanente que están en la exposición actual. Para todas ellas Cloe nos explica no sólo las obras sino los recursos pedagógicos con las que se complementan e invitándonos a experimentar con ello… 

 

Ignasi Alballí. (Barcelona 1958)                          Tres bolígrafos, 1990

Izda.: Harald Klingelhöller. (Mettmann, Alemania 1954)

Mit Buchstaben der Worte "Unrecht schreit" (Con las letras de las palabras "la injusticia grita"), 1986

Centro y drcha.: Perejaume. (Sant Pol de Mar 1957)

Postaler, 1984

 

 

Miralda (Terrassa 1942)

Caja de novia, 1969

 

Toni Cragg (Liverpool, Inglaterra 1949)

Sin título, 1993

vídeo con la obra "táctil" de Toni Cragg

 

 

Y la visita que en principio se preveía de 45 minutos termina resultando tan amena que se extiende hasta casi dos horas!

 

Nos despedimos casi a mediodía agradeciendo a Cloe por su inmensa disposición.

 ***

Tras un descanso para el bocata, y aprovechando que teníamos pase para toda la jornada, algunos aún volvimos a darnos una vuelta por el MACBA para ver las exposiciones temporales y la colección permanente expuesta en la segunda planta.

 

Fue, en resumen, una visita de curso con enseñanzas tan gratificantes que incitó incluso a volver y pasar allí también la tarde.

 

¿Se puede pedir más?

 

Descender la escalera con vistas a un magnífico día primaveral.

 

 

 

Catherine

 

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